Aquí os traigo la segunda
parte de la review de la 4ª temporada de Black Mirror.
Allá vamos~
4x04
– Hang the DJ
Arggggggggg. Me debato por
dentro si este capítulo me ha gustado realmente o es del montón.
Este capítulo nos cuenta la
historia de Amy y Frank, dos personas que se conocen a través de una aplicación
de citas, la cual es la primera vez que la usan. La aplicación hace muchas
cosas guays, como pedir el menú que les gusta a cada unx y lo que más mola: si
lxs dos lo deciden, pueden ver el tiempo de relación restante que les quedan.
Es la gracia. Quiero decir,
imagínate, seas quién seas (hola mama) que tú y yo salimos (ahora me estoy
arrepintiendo de escribir esto) y decidimos usar esa aplicación. Nos dan 10
días de relación, así que no perdamos el tiempo. Quizá nos dan 30 años y nos lo
podemos tomar con más calma. Sea como sea, esto caduca, y es lo que cuenta.
Me gusta mucho esa filosofía.
Muchxs de vosotrxs, tenéis pareja, y sabéis que no vais a durar toda la vida
con esa persona que os hace tan feliz y os da la vida (o quizá sí, quién sabe,
pero es más probable que no). Aun así seguís actuando como si no fuera así,
como si fuera para siempre. ¿No os gustaría tener un aparato que os dijera
cuándo vais a dejarlo? “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”, pero creo
que la frase correcta es “No sabes lo que tienes hasta que lo vas a perder”.
Bueno, a lo que vamos: Frank y
Amy duran apenas unas horas. ¿Es triste? ¿Por qué iba a serlo? Están en un
servicio de citas que les recalcula y ajusta la pareja hasta encontrar la perfecta.
Porque el amor perfecto existe (luego vuelvo aquí).
Lo que pasa es que acaban
siendo rebotados a otras relaciones: Frank acaba varios meses con una chica que
no soporta, mientras que Amy encuentra a un chico con el que más o menos se
puede llevar, pero, como todo caduca, acaban despidiéndose a los meses y sigue
rebotando y rebotando hasta encontrar la pareja ideal.
Si eres un/x poco avispadx o
has visto/leído/jugado mucha ciencia ficción pillarás el final como algunxs
hemos hecho. Amy y Frank habitan dentro de una simulación, son parte de un
programa, que cuando escapan, colapsan con otrxs Amy y Frank programadxs.
Simplemente para que lxs Amy y Frank de “la vida real” hagan match en la
aplicación.
Hablemos un poco del amor que
se nos muestra en este capítulo. Pero no en el amor que nos brindan nuestrxs protagonistas,
sino del amor de lxs figurantes, de las personas que salen al fondo de las
escenas.
Fijaos
bien en todas las parejas que se muestran en el capítulo. Todas y absolutamente
todas las que salen son parejas heterosexuales.
No
importa si en los restaurantes a los que lxs protagonistas van, no importa si
es en la boda, no importa si es en el centro comercial donde Amy se entera de
que Frank ha mirado la fecha cuando habían acordado que no.
No importa, porque el capítulo
ha jugado con nosotros diciéndonos a la cara “no somos homófos” haciendo que
Amy salga en una escena de exactamente 5 segundos con una mujer que se mete en
la cama donde con tantos otros hombres se ha metido.
Por eso y porque el final me
lo olí desde años luz, no me gusta mucho Hang the DJ, pero entiendo que pueda
gustaros.
4x05
– Metalhead
Por fin llegamos a este
capítulo. Tenía muchísimas ganas de comentarlo, así que allá voy.
Metalhead es uno de los
capítulos que más me ha gustado de esta temporada. Es el más corto de ella (e
incluso de toda la serie creo recordar). Entiendo que no os guste la forma en
la que está “hecho” (puto blanco y negro), pero es que todo tiene sentido si lo
piensas bien.
Este capítulo no nos cuenta la
historia de lxs protagonistas. Este capítulo nos cuenta una historia de amor,
piedad y lo más importante, humanidad. Bella, Clark y Anthony son tres
supervivientes que van a un almacén en busca de un paquete. Todo se va a la
verga cuando, detrás del paquete requerido, aparece una máquina en forma de “perro”
que acaba con la vida de Anthony reventándole la cabeza, no sin haber antes
expulsado unos pequeños trozos de metralla que impactan sobre Bella y el
difunto. Bella y Clark consiguen escapar, hasta que el perro alcanza a éste.
También la palma y el robot consigue hackear el vehículo que Clark conducía (y
había hackeado previamente).
Bella consigue zafarse del “animal”
no sin antes haberse quedado sin vehículo, por eso decide adentrarse en el
bosque y sacarse los trozos de metralla que tiene en la pierna para que el
perro no la rastree.
El perro, que es más listo que
le hambre, detecta que Bella está hablando por un walkie y la consigue
perseguir, pero se queda sin batería porque no puede subir a un árbol donde la
prota está colgada y blah blah Bella se escapa y blah blah el perro se recarga
con el sol y la vuelve a encontrar en una casa. Allí Bella se arma de valor (y
se arma con una escopeta) y consigue cargarse a esa cabeza de metal que le ha
perseguido durante casi medio día, con tan mala suerte que al cargárselo,
vuelven a salir trozos de metralla que acaban en zonas demasiado peligrosas
para que se las arranque.
Por eso decide arrancarse la
vida.
¿Medicina? ¿Tecnología? ¿Comida?
Pues no. Un puto osito de
peluche. Un pequeño oso de peluche.
Y ya.
Pero para entenderlo todo, hay
que ponernos a escuchar las conversaciones que tiene Bella durante todo el
capítulo.
Bella por el walkie “habla”
con unxs superviventes. “Habla” porque en ningún momento recibe alguna palabra
de ellxs. Sabemos que están ahí porque silban, cosa que Bella les ha pedido.
Bella habla de que no lo han conseguido, no lo van a conseguir. Y que lo siente
mucho. Se despide de todxs lxs que hay detrás del walkie, pero ¿quiénes son?
Sabemos por las conversaciones
entre ellxs al principio que hay un familiar de Bella, y que hay alguien muy
enfermo, alguien pequeño. No sabrán si lo superará, por eso necesitan el
paquete.
Necesitan el paquete para
salvar a la criatura.
Necesitan
un puto oso de peluche para alegrar una vida.
Y no solo eso. ¿Habéis
escuchado de lo primero que hablan? De que si un cerdo es digno o no, o sea, no
importa que estén huyendo, sobreviviendo o a punto de morir.
Sea la situación que sea, el
grupo de Bella y los caídos nos demuestra que existen personas entre tantas
cabezas de metal.
4x06
– Black Museum
Y, familia, sintiéndolo mucho,
este capítulo sí que no me ha gustado. Y me duele decirlo, pero no me ha gustado.
El capítulo cuenta la historia
de. Bueno. El capítulo cuenta muchas historias. Bueno. No las cuenta el
capítulo, sino que las cuenta Rolo Haynes, dueño del Black Museum (BM
abreviado, como Black Mirror), un centro donde se reúnen varios
objetos que hemos visto en otros capítulos.
Este capítulo es un capítulo
para estar atentx a la pantalla, para decir “hostia, mira, eso sale en el
capítulo 1x03”, “hostia, y eso en el 2x02”.
Pero hablemos de la(s)
trama(s).
La primera cuenta la historia
de un Doctor que mediante un dispositivo puede sentir el dolor que sus
pacientes padecen y se vuelve tan adicto a él que acaba cometiendo un crimen
atacando a un vagabundo (porque recordad el cliché de que todxs lxs vagabundxs
son buenxs).
La segunda cuenta la historia
de una mujer muerta que gracias a un dispositivo puede vivir dentro de la
conciencia de su marido para ver a su hijo hasta que éste se harta por tenerla
dando por culo detrás de la oreja, la pone en un osito y ya, porque la tía se
queda en el osito, qué lástima.
La historia más importante es
la que ocurre dentro del BM, donde el aire acondicionado se ha ido a tomar por
culo y Haynes a cada historia que cuenta tiene más calor. Nish es quién escucha
las historias, hasta le ofrece agua al pobre desgraciado que está sudando más
que el cerdo que se follan en la primera temporada.
Haynes sigue con sus historias
y llegan a una sala donde hay una atracción que hace repetir y repetir la
ejecución de un hombre en la silla eléctrica, que, por sorpresa para todxs,
resulta ser el padre de la protagonista que va allí en busca de venganza.
¿No te
has dado cuenta? ¡El agua estaba envenenada y el aire acondicionado que estaba
estropeado lo había hackeado ella! Y por si no te has dado cuenta, ¡Nish te lo
explica porque el espectador es inútil y te muestra a cámara el dispositivo
tras el aire acondicionado durante cinco segundos bien ricos al final del
capítulo!
Todos los capítulos de Black
Mirror me han transmitido algo. Alegría, tristeza, ira, … pero ninguno me ha
dejado tan mal sabor de boca como Black Museum. Black Museum me ha transmitido
pena. Pena no por los personajes, sino pena por el capítulo. Tenía dos
historias geniales que daban para un capítulo entero y las a consumido en
completar un capítulo que es predecible, sin más. No hay giros argumentales, no
hay personajes icónicxs. Simplemente hay un tío contándote dos historias donde
él queda genial de la manera más exagerada posible, como ese tipo de persona
que todxs conocemos.
Y sí, no hay más.
A mí también me sabe mal
despedirme así, pero debo hacerlo:
Black Mirror no es una mala
serie, pero esta temporada no ha dado mucho de sí. Charlie Brooker, si algún día
lees esto, por favor. Vuelve. Vuelve a ser tú.
De nuevo y como siempre,
muchas gracias por venir por vuestra propia voluntad, familia, y por leer algo
nuevo que me atrevo a subir al blog.
Un abrazo enorme.
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