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martes, 30 de mayo de 2017

Entrada 19 - Verano

Pues sí, llega la época
y con esta poesía, que ella es poca,
quiero echarlo todo, quiero debocar,
todo lo que a mi mente viene, todo lo que me evoca.

Vamos.

Yo recuerdo, salir por la tarde a la Asamblea
con todos mis colegas en busca de pelea,
con armas refrescantes cada cual más fea,
con la ropa tan mojada que aún chorrea.

Yo recuerdo, que las noches siendo días
de ser las diez y media y haber sol todavía;
de reírnos de ese hombre que quería compañía,
de arrepentirme de eso desde la lejanía.

Yo recuerdo, cuando me enterraron en la arena
mi madre se reía cuando a mí se me salían las venas,
mi madre que ha luchado por que haya siempre cena,
mi madre que se merece la luna cuando está llena.

Yo recuerdo, pegarme muchos vicios
a ese juego perfecto donde defiendes en los juicios,
a ese juego de la wii para hacer ejercicio,
a esos juegos que volvería jugar desde el inicio.

Pero ahora, lo que quiero recordar.

Y quiero salir por las noches a cantar una canción
con la chica que se pinta los labios de revolución,
con la chica que quiero compartir este guion,
con la chica que aguanta mi sermón.

Y quiero, sin lugar a dudas
con mis colegas ver pelis que no sean de sordomudas,
con mis colegas festejar hasta en las crudas,
con mis colegas siempre porque no hay ningún Judas.

Y no quiero, porque esto es un deseo
quedarme dormido hablándote, aunque suene feo,
quedarme convencido de lo que amas, mientras comemos oreo,

quedarme porque aún no me he ido, buscando en las estrellas lo que en ti yo veo.

lunes, 15 de mayo de 2017

Entrada 18 - Escúchame

Advertencia:

A continuación te encontrarás con un relato de ficción un tanto duro, así que si sigues a partir de aquí es cosa tuya, ¿de acuerdo?

¡Recordad que podéis comentar cualquier cosa abajo!






-       Escúchame, tranquila. Tus hijos estarán bien. ¿No ves que eres lo más importante para mí? Si tu felicidad depende de ellos, yo no les haré daño, créeme. Ya sé que con esto entre las manos es difícil creerme, pero, ¿cómo sé yo que no me vas a abandonar, Estela? ¿Cómo sé que no me vas a volver a abandonar? No llores, Estela. Tranquila. Yo… te perdono, ¿vale? Como si no hubiera pasado nada. Hagamos como la última vez que nos vimos, ¿recuerdas? Pau y yo nos pusimos a jugar a la consola mientras tú y Amanda preparabais la cena. Éramos una gran familia… Somos una gran familia. ¿Sabes qué? Ahora cuando te duches, Pau, Amanda, tú y yo iremos a comprarnos un helado de esos que tanto nos gustan. ¿Aún siguen vendiendo nata con nueces en la heladería del centro? Recuerdo que era tu favorito. Y… ¡de alguna forma u otra acabó convirtiéndose en el mío también! Así que en cuanto te duches y Pau despierte, iremos ¿de acuerdo? Pasaremos a buscar a Amanda, que seguro que está cansada de la escuela, así que se lo recompensaremos con una gran bola de fresquito helado, ¿qué me dices? Todo esfuerzo requiere su recompensa, ¿no? Por eso estoy aquí. Después de lo que me hiciste, Estela… Después de que me pusieras a los vecinos en contra, a tu familia en contra, a mi familia en contra, a la policía, al juez, a los medios,… a todos; después de todo eso aquí estoy. Pero no llores, mujer. Conmigo estás mejor que con el padre de esos inútiles que tienes por hijos, ¿verdad que sí? ¿¡Verdad que yo te cuido más que ese hijo de puta!? … Perdóname, perdóname. Prometí no volverte a gritar. Aunque tú también prometiste estar conmigo hasta que la muerte nos separara, ¿no es cierto? Así que mira, empate. Estela, por favor… Después de lo que has pasado… Después de lo que hemos pasado… La gente nos miraba mal cuando nos dábamos la mano en el supermercado… Esa mirada. Dios mío, qué mirada. La misma mirada que la señorita Vázquez tenía cuando íbamos a recoger a Pau. Esa zorra malfollada tenía la misma mirada que tienes tú ahora mismo, Estela. Pero tranquila, porque eso va a cambiar, va. Bájate los pantalones. ¡Que te bajes los pantalones! Sí, así sí. Cómo me gusta tu cuerpo Estela. Cómo me puto gusta tu cuerpo. Ven, acércate un poco para que te susurre a la oreja. ¿Recuerdas lo que me encantaba que me besaras de arriba abajo todo mi cuerpo? Empezabas besándome la frente mientras me rodeabas con tus calientes manos, ibas bajando poco a poco hasta toparte con mis labios, los que mordías más que besabas mientras tus manos bajaban a mi cintura; llegabas al cuello, donde yo moría y tú me hacías resucitar metiendo tu mano por mi pantalón, Estela; tu lengua era mágica, cariño. Joder, y tan mágica. Lamías desde mi cuello hasta mis grandes pechos, Estela, y empezabas a lamer mis pezones mientras tus dedos me hacían sentir viva, Estela. ¿No lo echas de menos? Miénteme y dime que no echas de menos tantas noches mirándonos a los ojos mientras nuestras faldas bajaban y subían por el movimiento de nuestra mano. Miénteme y dime que no te gustaba ver esas cintas que grabábamos cuando yo no estaba aquí para darte amor, Estela. Dímelo. … ¿Ves? Solo sabes llorar, puta. En cambio yo ya lloré suficiente cuando me detuvo esa negra gorda de mierda… ¿y por qué? Por tu culpa, Estela. Si le hice ese a Pau es porque lo quiero. Es porque te quiero, Estela, ¿es que no lo entiendes? Pero se acabó, te lo juro. Te juro que le diré a Pau que se quede viendo la tele mientras yo esté con la plancha, ¿vale? No llores, va… Si no fue para tanto, Estela. Podría haber sido peor. ¡Podrá ser peor como no cierres la puta boca, zorra!… Así, así me gusta. Calladita, como Amanda esa noche. ¿No te excitas al recordarlo? Sé que te gusta, puta. Era tan chiquita… Y nosotras tan fogosas… Recuerdo como al principio decías que no, que estaba muy mal eso. ¿Y por qué nosotras podemos disfrutar de esto y ella no? Así que recuerdo que cogí tu mano mágica, cerré todos los dedos menos uno y te hice llegar al paraíso dentro de ese pequeño angelito. Creo que si me esfuerzo aun puedo olerlo… Y qué olor. Quizá si me hubieses recibido con los brazos abiertos, podríamos volver a olerlo, Estela. Quizá si no hubieses cogido el teléfono, no te hubiese roto la nariz, mi amor. Así que cuando llegue la policía, le dirás que todo ha sido un malentendido, ¿a que sí? Porque aún recuerdo el placer que me daba tu lengua, Estela. Y creo que ningún miembro de esta familia quiere quedarse sin ella.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Entrada 17 - Soy

Soy,
de esas personas que pierde las cosas
el tiempo es una, otras son diosas
que perdí y encontré;
sea como sea mi vida está en pie.

Yo soy de esas personas que lo vomitan en un papel,
de esas personas que se rallan por estar donde él,
del que quiere sacar una sonrisa a todo el mundo,
del que cuando escribe quiere enviar un mensaje profundo.

Soy de los primeros en daros la mano,
no es por tirarme flores, pero me considero hermano
de todo el mundo que necesite algo;
del que se emocionó con las aventuras de un ingenioso hidalgo.

Soy un tío que abandonó su carrera,
dejó a sus colegas, que son unos fieras,
-y aunque no hablemos yo sigo sintiendo,
si os he hecho mal os digo "lo siento"-.

Soy de esos que piensan que es muy engorroso
definir  un sentimiento sin hacerlo soso,
no me conformo con que el café sea amargo,
aunque me lo tomo así, sin embargo.

Soy de esas personas que quieren abrazos,
de los que si te deben te pagan a plazos,
de esos que quieren plasmarlo todo,
aunque casi siempre caigo en el lodo.

Soy de esos que se emocionan,
que te demuestran y no te traicionan,
de los que quieren alcanzar una estrella,
pero se ciegan porque es demasiado bella.

Soy una persona que ama el espacio,
aunque me lo tengas que explicar despacio,
estoy convencido que existen mundos paralelos
donde el fuego es frío y queman los hielos.

Soy de esos que no quieren fallar,
aunque lo he hecho solo con hablar;
una de esas personas que no tiene ganas
de nada, y no va a tener aunque tenga canas.

Soy de esos que piensan que hay belleza en todas partes
de esas personas que no pueden vivir sin arte,
de los que se levantan a las 7:30 solo para desearte
buenos días, y se vuelven a dormir para a ti soñarte.

Soy de los que se aburren en el trabajo,
de los que no le gusta que le coman lo de abajo,
de los que puedes hablar de todos sin tapujos;
en rpg me gusta ser un brujo.

Soy de los que sanaría con mi vida a mi equipo,
de esos que piensa que sin ellos me gripo;
de los que defienden la justicia hasta el infinito,
de los que piensan que el cielo por la noche es bonito.

Soy de esos que buscan una buena trama,
buenos personajes, que no se vayan por las ramas;
de los que quiere vivir creando vida,
aunque sobre un folio a ellos los escriba.

Soy alguien porque tengo que ser,
veo cosas porque las tengo que ver,
ya no bebo alcohol por lo que pueda suceder,
piden perdón por ello, pero qué le voy a hacer.

Soy de esos hipócritas que no son veganos,
de los que prefieren el invierno al verano,
prefieren arroparse y ver la tele;
de los que prefieren callarse lo que les duele.

Soy un tío con muchas ideas,
que graba vídeo incluso cuando mea,
porque quiere buscar siempre una sonrisa,
aunque ha pasado antes, que la gente lo pisa.

Soy de esas personas que ha ganado más de lo que ha perdido,
aunque nos fijamos más en lo segundo, amigo;
de esas personas que le gustan las chicas monas,

de las que acaban este texto y van a jugar al Persona.