Vistas de página en total

martes, 9 de agosto de 2016

Entrada 7 - La gran película

A medio año de llevar dos décadas en este mundo, puedo afirmar (y tú también) que la mayoría del tiempo que llevo aquí ha sido bebiendo de diferentes lugares, ya sea manga, cómic, serie, película, libro, videojuego,… Creo que ha llegado el momento de poder hablar un poco de los personajes que componen las fuentes que antes he citado para equipararlos con nosotros, los personajes de la “vida real”. Así que, si quieres acompañarme en esta aventura, adelante:

Quizá te estés preguntando “por qué te ha dado por esto ahora”, pero es un motivo muy fácil que voy a resumir en unas pocas líneas. Recientemente he finalizado un juego llamado Undertale, un juego que más que llegar al corazón llega al alma (te obligo a jugarlo), he retomado la serie de Billy Bat de Naoki Urasawa y acabé la primera temporada de Stranger Things. Todas estas obras tienen algo en común, y como ya habrás podido deducir, es la calidad de los personajes, incluyendo a los personajes secundarios. Ahora que ya sabes el motivo que me ha empujado a escribir esta entrada, metámonos directamente en el tema.

Apuesto todo mi capital actual a que tú, querido lector mío, has gozado de momentos inolvidables con personas que piensas que quizá te han olvidado. Has compartido una parte de tu vida con alguien que ahora es simplemente un extraño. Quizá hayas compartido buenos momentos con alguien al que ya no sueles estar tan atado como antes, pero sientes que esos momentos que has pasado junto a esa persona jamás se te olvidarán. Tú, en esta película llamada “vida” eres el guionista, director y protagonista; y aun así te sorprenden los acontecimientos que ocurren en ella. Durante el transcurso de la película se van presentando personajes que han estado ahí siempre y te enterrarán al final de ella (como la familia), se han presentado personajes cuya aparición te ha cambiado la vida (como el primer amor), y antagonistas o rivales que al fin y al cabo, no eran tan malos. Quiero que, mentalmente, selecciones a dos personas más de tu vida habitual, para que formen así el trío de protagonistas de tu vida. Genial, ¿no? Habéis luchado incontables veces contra el malvado tiempo, el único villano que se va para no volver; os habéis enfrentado contra el aburrimiento con millones de carcajadas; habéis salvado reinos de dolor y llanto con un solo abrazo.

Pero, querido lector mío, hay algo igual de importante que tus camaradas protagonistas en esta historia. ¿Aún no? Espera, volvamos a las tomas anteriores un momento: “[…] Habéis luchado incontables veces contra el malvado tiempo”, pero, ¿solo estabais vosotros, los protagonistas? Apuesto a que había un tabernero que os ofrecía agua fresca para sanar vuestras heridas, o una dulce monja que os decía buenas palabras. “[…] os habéis enfrentado contra el aburrimiento con millones de carcajadas” pero, ¿seguro que erais vosotros mismos los que las producíais o era un bufón adorable o una transeúnte avispada? “Habéis salvado reinos de dolor y llanto con un solo abrazo” pero apuesto que ese dolor no ha venido de la nada y alguien lo ha generado.

Quizá yo sea uno de los protagonistas de tu película (de lo cual me alegro), pero lo más probable es que quede opacado por la sombra de alguien. Si es así, querido lector mío, recuerda todos esos momentos que hemos tenido, recuerda todas esas carcajadas, llantos y enfados que nos hemos provocado, y te pido que nunca me olvides; que aunque sea un personaje secundario de tu vida, he formado o formo parte de ella.
Puedes pensar que soy un egoísta y que me quiero hacer notar en tu vida, y yo te digo que es todo lo contrario. Solo quiero hacerte ver que los pequeños momentos con personajes que quizá pienses que no has sido nada para ellos, realmente sí que importan porque al fin y al cabo, de momentos está hecha esta película.


Otro día más, querido lector mío, te agradezco que hayas entrado por propia voluntad en mi película y hayas leído el guion de esta función; déjame darte un último consejo por haber llegado aquí: No olvides que eres el personaje secundario de muchas películas y recuerda que aún no han salido los créditos.