Vistas de página en total

miércoles, 4 de julio de 2018

Entrada 25 - El peso de las personas


El peso de las personas es muy importante. Va, el chiste: como soy un puto gordo puedo hablar del tema jajaxd soy ingenioso.
Ahora en serio.

Estamos rodeadxs de personas, de seres a los que queremos, de gente que nos importa. Pasamos momentos con ellxs, reímos, discutimos y salimos a tomar algo, cantamos y jugamos, vemos películas, nos abrazamos, nos cuidamos,… Pero nos despedimos inevitablemente. Y no estamos preparadxs para ello. Quizá vosotrxs sí, pero yo no.
Supongo que esto va relacionado con la falta de amor propio que tengo. Siempre priorizo los planes sociales a los personales, sea lo que sea. No sé si por no estar solo o por estar con esas personas –supongo que una mezcla de todo-. Estoy dándole vueltas a esto y me estoy yendo por las ramas, pero ya sabéis que soy de divagar.
El peso de las personas, eso. Seguro que os ha pasado que teníais a alguien ahí y al día siguiente, desaparece sin deciros nada. Vuestra mente seguro que se pregunta si habéis hecho algo, que si se habrá enfadado. Sea lo que sea, esa persona no está ahí, y tu rutina se ha roto.

Me está pasando esto actualmente. Personas de mi vida marcharán dentro de poco de mi lado y desde que me enteré estoy de un bajón increíble. Sé que se van por algo bueno, que estoy siendo egoísta pensando así. También sé que necesito mejorar ese aspecto de mi pensamiento.
Yo repetí primero de la ESO y me sentí muy separado de mi generación. Aunque ellxs me invitaran a todo y me trataran como uno más, me sentía desplazado. En tercero de la ESO dejé el instituto en el que estaba y dejé otra familia que me abrió los brazos y me acogió como uno más. En segundo de Bachi también me separé de un par de personas, pero como el núcleo de clase es el núcleo de mis actuales amigos, no lo pasé tan mal. El último gran lazo que se rompió fue con mis compañerxs de universidad. Fue una en la que me lo pasé genial con tres personas de mi clase y yo me distancié de ellxs. Actualmente hablo esporádicamente con unx de ellxs y las veces que nos hemos visto me he sentido muy a gusto; no obstante no es el grupo que teníamos y es algo que no olvidaré jamás y no me arrepiento de haberlxs conocido y les querré siempre, de verdad.

Ahora dos personas de mi vida diaria marcharán y aunque no se vayan tan lejos y podamos vernos y hablemos, como sabréis, no será lo mismo.
Os quiero tantísimo, en serio. No sabéis cuánto.

Si alguien está alguna vez solx o se siente así, no dudéis en hablar conmigo por favor. Recordad que estáis rodeadxs de personas fantásticas y que aunque la gente vaya y venga, vosotros seguís y hay otras personas que siguen. Apoyaos en esas, seguid caminando juntxs y nunca dejéis de crecer y de ser felices por favor.

domingo, 24 de junio de 2018

Entrada 24 - Qué son Los Colores para un daltónico


Llevo una buena temporada en la que estoy de un reflexivo que no veas. No sé por qué, pero como todo, seguro que es por un cúmulo de cosas. Como hacía tiempo que no os escribía y estoy “sensiblón”, permitidme desahogarme con vosotrxs.

Si estás buscando un relato o una declaración de amor, esta no es tu entrada.

Como muchxs de vosotrxs sabréis, estudié este curso guión práctico de largometraje. Durante todo el curso, una compañera ha estado luchando para sacar a la luz un corto llamado Los colores de Lucía. El pasado jueves por fin pudimos ver su obra, y realmente me emocionó. No os voy a explicar de qué va, si os interesa dadle amor en redes. Y aunque no os explique el corto, sí que os voy a contar lo mucho que me ha impactado a mí.
La gente que lleva a mi lado bastante tiempo, sabrá que soy bastante “sentimental”, que me emociono, que me gusta hablar de sentimientos, que me gusta sentirlos. Los colores de Lucía me ha transmitido la importancia que realmente tienen esos sentimientos. No os equivoquéis, sabía que tenían una gran importancia, porque así lo sentía. El problema que tenía era que no podía expresarlo, no encontraba la manera de hacéroslo entender. Raquel y todo su equipo me ha dado una clase que jamás se me olvidará en la vida, que os quede claro.

La mayoría de veces tenemos que decidir sobre lo que debemos hacer y lo que queremos hacer, y esa puta mierda me quita el sueño. Cuando realmente me decanto a hacer lo que quiero, vuelvo a pasarme las noches con los ojos abiertos, esta vez, pensando en por qué he querido hacerlo.
¿Por qué cuando escriba esto voy a subirlo a un blog y lo voy a difundir por las redes sociales si únicamente quiero desahogarme? ¿Por qué si estoy cansado de estar delante de un ordenador no salgo a la puta calle y dejo de echarle horas a videojuegos repetitivos? ¿Por qué pongo todo mi corazón en escribir lo mucho que me encantas si prácticamente todas las publicaciones de mi Instagram están hechas por y para ti? ¿Por qué cada vez que me pongo a responder una de estas preguntas me salen quince más relacionadas con el tema?

No tengo ni idea, pero hoy tengo una de esas tardes en las que a la cabeza solo me vienen preguntas y estoy cansao’ de intentar esquivarlas.
Esta tarde ha sido el resultado de ir esquivando durante estos últimos meses esas preguntas, pero no os preocupéis porque voy a ir a machetazo limpio a por ellas, esperando algún resultado.

Para acabar, perdón por la chapa, pero os voy a hacer un poquito de spam que ya acabamos. Si no lo sabéis estoy haciendo un cómic con dos colegas llamado “El Héroe” que podéis leer cuando queráis. No os olvidéis de darle amor al proyecto de Raquel: Los Colores de Lucía. Y una última demanda por mi parte: intentad ser felices con todo lo que podáis. Por favor os lo pido.

Os quiero,

Adri.