Un día como otro cualquiera,
Mímí iba dirección a la estación para coger el tren que le llevaría al trabajo.
De camino se encontró a un señor estropeado y afeado tirado en un banco. A Mímí
no le importa cómo vaya vestida le gente, sabe que realmente lo que importa
está en el interior. Cuando el señor se levantó y se dirigió hacia Mímí, ésta
no preguntó por su estado ni le ofreció ayuda. Simplemente sacó su smartphone e
hizo como si le llamaran.
Mímí
quería de corazón
Mímí
quería de verdad
Pero
por alguna razón
Mímí
no tuvo piedad.
Ya una vez en el tren se
encontró con un compañero de trabajo. ¡Su compañero no es muy agraciado, pero
se lo quiere un montón! Se conocieron hace cinco años en la oficina, y desde
entonces son buenos amigos, ¡suelen quedar incluso para ir al cine y cenar a
solas! Mímí desea encontrar algún día a alguien como su compañero, y mientras
él acaricia su mano y le mira a los ojos, ella piensa en lo que hará después de
cenar.
Mímí
quería de corazón
Mímí
quería de verdad
Pero
por alguna razón
Mímí
no tuvo piedad.
Cansada, Mímí marchó de
compras. De camino, un hombre le paró por la calle preguntándole si estaría
dispuesta a colaborar con una ONG. Mímí aceptó y dejó su mail para que le
llegase información. Acto seguido, se despidió de ese hombre que pasa gran
parte de su día luchando por el tercer mundo. Justo después, Mímí entró a una
tienda de la compañía Inditex.
Mímí
quería de corazón
Mímí
quería de verdad
Pero
por alguna razón
Mímí
no tuvo piedad.
Ya en la cama, Mímí recibió un
vídeo de su mejor amiga que le incitaba a verlo justo al instante. Mímí abrió
el archivo y no pudo evitar llorar ante la tortura que en esa perrera sucedía.
Mímí se secó las lágrimas y contestó a su amiga con las peores palabras mal
sonantes sobre los agresores de ese vídeo, y tras eso, Mímí, apagó la pantalla
del móvil.
Mímí
quería de corazón
Mímí
quería de verdad
Pero
por alguna razón
Mímí
no tuvo piedad.
Mímí estaba realmente cansada,
pero no podía dormir. Por eso, encendió el televisor únicamente para
distraerse. En la pantalla salía un anuncio sobre la integración de los refugiados
en su ciudad. Mímí no le dio la más mínima importancia hasta que un “Últimas
noticias” mostraba el atentado que estaba ocurriendo en el país vecino. Mímí,
nerviosa miraba con atención la televisión hasta que se quedó dormida bien
entrada la madrugada.
Mímí
quería de corazón
Mímí
quería de verdad
Pero
por alguna razón
Mímí
no tuvo piedad.
Mímí se despertó exaltada. En
su pesadilla despedían a su hermano de la fábrica dónde trabajaba y se iba a
vivir con ella. Mímí estaba un poco acelerada, porque sabía que con el gobierno
actual, esa situación era posible. Una vez calmada se dirigió al trabajo
nuevamente, encontrándose de camino con una manifestación en contra de las
medidas del gobierno. Enfadada, Mímí tuvo que andar hacia la siguiente estación
para coger su ansiado tren.
Mímí
quería de corazón
Mímí
quería de verdad
Pero
por alguna razón
Mímí
no tuvo piedad.
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