Esos besos.
Esos dulces
besos dados a escondidas, pensando que nadie mira, que no pararía de darte.
Esas caricias.
Esas caricias
acompañadas de la más calurosa mirada, como si lo de delante fuese un
verdadero tesoro, que nunca querría perder.
Esos susurros.
Esos susurros
acompañados de esa risa tuya, que me hace morir por dentro, que me da la vida
a cada momento, que me encantaría escuchar a cada hora.
Esa luz.
Esa luz con la
que te brillan los ojos, esa luz que acentúa la decisión de estar juntos como
lo más importante del mundo, que querría ver por el resto de mi vida.
Ese cuello.
Ese cuello albino, que cada beso que lo recorre, lo hace
más hermoso y que no pararía de besar.
Esa mano.
Esa mano pálida, que se enreda en la cabeza de un
enamorado, que jamás podría soltarla.
Eso.
Eso
que podría hacer, si yo estuviera a tu lado.
Esos besos.
Esos besos que jamás llegaré a darte.
Esas caricias.
Esas caricias que jamás podré yo brindarte.
Esos susurros, acompañados de la risa que me mata por dentro, porque no soy yo el que le habla a tu oído.
Esa luz.
Esa luz mal acentuada que ojalá no deje de iluminarme,
aunque sea errada.
Ese cuello.
Ese cuello, al que como un vampiro, quiero lanzarme y no
puedo.
Esa mano.
Esa mano que nos damos siendo nada, que como nosotros, eso
representa.
Eso.
Que amargura... ESE dolor que se siente al desear a alguien, a llegar a amarle y que por desdicha no se pueda llegar a esa persona.
ResponderEliminarQue amargura... ESE dolor que se siente al desear a alguien, a llegar a amarle y que por desdicha no se pueda llegar a esa persona.
ResponderEliminarMe encanta. Simplemente espléndido.
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